Ganó campeonatos internacionales de artes marciales, sacó un certificado de buceo y se inscribió en la universidad a los ocho años, donde se lució con el mejor promedio. “Trabajo duro, planifico con anticipación y logro mis metas”, explica el joven, que recuerda todos sus regalos de cumpleaños y cita la película de Pixar Wall-E como su preferida. “Los estudiantes tenemos que aprovechar todas las oportunidades de aprender que tenemos. Cuando éstas pasen, ya no las tendremos otra vez. Pregúntenle a cualquier anciano sabio”, escribe en su libro.
Pero Moshe Kai, a pesar de sus logros intelectuales, no luce en persona como un adulto en miniatura. Tiene la timidez y el humor ingenuo de un joven de 14 años, aunque con respuestas mucho más agudas que las de la mayoría de sus pares.