Mientras que el crimen puede parecer repugnante como para merecer un castigo más severo, se salvó de una sentencia mayor (a pesar de que había estado involucrado en una serie de otros casos de indecencia pública y en la actualidad frente a un estado de carga de tener contacto sexual criminal con un niño menor de 13 años de edad).
Anthony García, de 32 años, se declaró culpable el año pasado por adulterar una muestra de yogur que le dio a una clienta de 29 años de edad en un mercado de Albuquerque. La víctima dijo a la policía que el yogur era "asqueroso y repugnante", y dulce como el semen. Los investigadores creen que García dio muestras contaminadas de manera similar a otras cuatro mujeres, tres de ellas ingirieron el yogur.
