Sunday, March 11, 2012

Advocaciones populares

La apropiación popular de la imagen de Jesús, el Cristo, tiene diversas facetas que motivan una serie de expresiones, celebraciones rituales y festivas, en diferentes regiones del territorio boliviano. ¿Cómo se dieron los procesos de aculturación que construyeron las diversas tradiciones que caracterizan la devoción a las distintas advocaciones? Las más de las veces, estas tradiciones tienen relación directa con la producción agrícola, y correspondencia con rituales y divinidades precolombinos, que se incorporaron en las prácticas culturales sincréticas entre el catolicismo y el imaginario de las culturas originarias.

A pesar de ser la figura central de la devoción católica, son relativamente pocas las fiestas patronales que se le dedican a la imagen de Cristo, en comparación con las que celebran en torno a la figura de María y algunos santos como, Santiago, San Bartolomé, San Pedro, San Pablo y otros.

La fiesta más grande relacionada a la imagen de Cristo, es sin duda, la del Señor Jesús del Gran Poder, en La Paz; aunque en realidad la obra original es una representación de la trinidad, una imagen con tres rostros de Jesús, a la que posteriormente se le cubrieron dos de los rostros.

Otra de las advocaciones que goza de gran popularidad, es el Señor de los Milagros. Se trata de una imagen pintada originalmente en el Santuario de la Nazarena en Lima por el esclavo angoleño Pedro Dalcón. Conocido como Cristo Negro, por ser venerado principalmente por los negros del Perú, podría estar relacionado, según explica la historiadora María Rostworowski, con el culto milenario al Dios Pachacámac. En la mitología inca, Pachacámac o Pacha Kamaq era un Dios equivalente a Wiracocha, el cual era venerado en la costa central del Imperio Inca y considerado “el creador”.

De manera similar, se venera en Bolivia al Señor de Mayo. Esta imagen traída por la orden de los Agustinos, responde a la advocación del Cristo de la agonía, que se conserva en Santiago de Chile. Según la historia, uno de los peores terremotos que vivió Santiago de Chile fue el del 13 de mayo de 1647, resultó destruida gran parte de la ciudad, se sacaron en procesión un conjunto de imágenes entre las que se encontraba el crucifijo del Cristo de la Agonía, la imagen volvió a su sitio y la nave del templo se desplomó, extrañamente la imagen quedó de pie e intacta.

En la zona de Villa Armonía se encuentra la Parroquia del Señor de la Sentencia, al que se venera desde 1958. El 17 de mayo de ese año se registró el Milagro del Señor de la Sentencia: salió agua del lienzo y ésta se transformó en sangre, con la que se curó a la Sra. Ada Saavedra de Frank, enferma desahuciada por la medicina. Según la creencia popular, desde esa fecha, se hicieron muchos milagros a los devotos y devotas.

Otras advocaciones urbanas son la de Cristo Rey, Cristo Pobre, Cristo Obrero que tienen parroquias en las ciudades de nuestro país. Más recientemente el Cristo de la Concordia, monumental imagen que se yergue en el cerro de San Pedro en Cochabamba.

(Fragmentos de un ensayo incluido en el catálogo de la muestra Jesucristo en el imaginario popular.)